martes, 15 de febrero de 2011

novedades


Está claro que los alemanes, por lo menos los del museo de Pérgamo, son mucho más fáciles de interpretar que los portugueses, los de aquel museo de Oporto que visité. Minimalistas pero transparentes. Esto lo entendí mucho mejor que los regalos que compré en la tienda del museo, una novela de Agatha Christei en inglés que pensé le vendría bien a Tete porque anda aprendiendo el idioma con entusiasmo y un cuaderno en blanco que me gustó para Javi para que apunte todos los planes de estudio que se le ocurran.
Acerté con el entusiasmo de Tete que me llamó muerta de risa cuando, después de haberse hecho con el libro y un diccionario para un viaje en metro, se dio cuenta de que el idioma era alemán, cosa por otro lado lógica, creo que debemos entenderlo como una señal.
A Javi no le dio tiempo a desilusionarse, Almu decidió robarle el regalo y llevárselo a Chile, la desilusión fue la suya, no era un cuaderno era un listín de teléfonos.
En la torre de Babel nos hicieron una faena sin duda.
Novedades dos: la primera, abro una nueva etiqueta, la de aseos; la segunda, a la altura de lo que estáis leyendo, a vuestra izquierda podéis leer las últimas cuatro cosas que he puesto en twitter y si llegáis hasta el final incluso seguirme si le dais con acierto.

2 comentarios:

  1. Almu es una perra, cuando me dijo cual era el regalo falso de Javi, le dije que menuda mierda y la tía no me confesó nada, se merece lo del listín!

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  2. El alemán y el inglés son idiomas prácticamente idénticos. Se comprende la confusión. El ruso es otra cosa, más en plan POPOV y BLABLAVINSKY. Pero a ver quién distingue entre Smith y Smitch.

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