No soy una entendida en toros ni mucho menos. En la feria de Almería me gusta ir por lo menos a una corrida sobre todo por el ambiente; el colorido de la plaza, la nuestra es muy coqueta en los detalles y además las mujeres en los palcos atan sus mantones de manila para que cuelguen y queda preciosa; por la costumbre que aquí tenemos de parar entre el tercer y cuarto toro para disfrutar de una estupenda merienda y por ver como brillan los trajes de los toreros una vez que se ha hecho de noche y encienden las luces de la plaza. Todo eso junto se me antoja un espectáculo irrenunciable.
Está claro que no entiendo nada de toros, quizá por eso lo que le hacen al animal en la plaza me parece una faena, animal que por otro lado no existiría sino hubiese corridas, en casos concretos de tres o cuatro intentos fallidos a la hora de matar hubiese estado de acuerdo en que se llevasen detenido al torero por propinar al toro un sufrimiento mas allá del estrictamente necesario.
Es fácil de entender que haya personas que estén en contra de esas fiestas, como pueden estar en contra de que se despeñe una cabra por un campanario o que todo un pueblo vuelva loco a un toro mientras este se tiene que preocupar de intentar quitarse unas bolas de fuego que le han atado a los cuernos, sólo porque sea la costumbre propia del lugar.
Lo que no se entiende nada fácil es que se vote una ley para prohibir lo primero y no se diga ni media palabra de lo segundo, estando en este caso mucho más indefenso el animal y no habiendo ni pizca de arte de ningún tipo en el asunto.
Pero oye ¿Tiene el parlamento catalán potestad para eso? Pues allá ellos, que sus electores lo juzguen. ¿Qué lo han hecho por ser los toros la denominada fiesta nacional? Seguro, en otro caso hubiesen prohibido cualquier otro espectáculo con animales, incluidos los circos, pero yo no les haría el juego, igual se aburren si nadie les hace caso,les guste o no, con toros o sin toros Cataluña no deja de ser España.
Papá dijo un día: Hay que irse a vivir a África, que aquí ya está todo prohibido. ¿Podemos prohibir que los feos salten a la comba?
ResponderEliminarPobres feos, yo prohibiría mejor las espinacas y el cabello de angel
ResponderEliminarYo prohibiria a Esperanza Aguirre.
ResponderEliminarLM.
me han dicho que lo siguiente que van a prohibir es invitar a chupitos en un bar despues de comer. me parto
ResponderEliminarYo prohibiría los garbanzos y los bocadillos de tortilla francesa. ¡Ah! y morirse, enfadarse y regañar
ResponderEliminarme encantan los garbanzos pero, si se prohiben las judías pintas, bien por las prohibiciones
ResponderEliminarPues nunca me había planteado lo de la prohibición de los toros. Siempre lo he considerado como mierda-para-turistas (al mismo nivel que los paellones en la playa, vaya), pero mientras a la gente les guste ir a verlos... Y la verdad es que resulta difícil encontrar un motivo para defender la fiesta:
ResponderEliminarA) Es un espectáculo cateto y casposo
B) Lo de que es un arte no se sostiene. Si el toreo es un arte, los rodeos en Texas deben ser la cúspide de las bellas artes
C) Lo de que ha servido para evitar la extinción del toro de lidia, tampoco. Imaginad que se hicieran corridas matando a linces ibéricos o a gorilas de Borneo para evitar su extinción.
D) Los trajes de torero parecen el delirio de un travesti en Carnaval.
Pero como ya he dicho antes, si a la gente les gusta no veo el porqué prohibirlos, más cuando es un espectáculo que está ya herido de muerte (fijáos en la primera corrida en la Monumental de Barcelona después de anunciar la prohibición: la plaza casi vacia) y acabará siendo el último reducto de Paquirrines, Belenes Esteban y demás. Torrente total, oiga.