martes, 28 de junio de 2011

descendientes y ascendientes 1ª parte

El fin de semana hemos andado por las carreteras de Andalucia, entre perdidos y encontrados. Aprovechando que en Almería era fiesta en San Juan, que Pati es una canguro estupenda y que Rafa y Ana son incapaces de no atender primorosamente a los animales, pudimos salir a media mañana hacia Málaga y aprovechar para pasear por la tarde por la playa de la malagueta y tomar el fresco y unos espetos con un poquito de vino blanco en uno de esos chiringuitos que en Andalucia habrá que catalogar para que el primer tonto con poder no pueda privarnos de esos momentos tan agradables por muy iluminado que se encuentre.


El sábado a mediodía pusimos rumbo a Cádiz. En un principio pensábamos hacerle una visita a Luisito, que anda allí todo el año estudiando 1º de medicina (lo de la nota de corte favorece mucho este tipo de emigración), y traerlo de vuelta a casa, por esas cosas que tiene la vida sólo nos trajimos de vuelta sus maletas, el vendrá después de unas cuantas despedidas.


Cadiz es una ciudad amable, universitaria y marinera, nos quedamos en el hotel Patagonia no sé si por sentirnos un poquito más cerca de Almu a la que por cierto imito con esta entrada larga y viajera. Tiene Cádiz detalles curiosos o muy curiosos, por ejemplo hay calles en las conviven con toda naturalidad dos nombres distintos con sendos carteles como si tal cosa, para los incrédulos cuelgo prueba por partida doble. reconozco que es posible que tengais que usar una lupa para apreciar el detalle de la foto de la izquierda pero la de la derecha es diafana y cristalina.


Hay muchas terracitas en las calles del centro que está estructuralmente muy bien conservado, nos sentamos en una de ellas y probamos las albóndigas de choco, magníficas, la verdad es que Luisito hizo muy bien de anfitrión.








En la visita encontré este impagable cartel que fotografié con mi móvil y, con la ayuda de Javi, he sido capaz de vaciar, la persona de mi consideración en este caso es el ser muy peligroso que desde luego la merece.
La segunda parte de esta entrada la escribiré cuando sea capaz de superar unos problemas técnicos que me han surgido con unas fotos, total nos perdimos tres o cuatro veces da igual antes que despues.

4 comentarios:

  1. Mami me sientes más cerca porque lo estoy, ya queda muy poquito para que vuelva a casa! Mientras, cuidaros mucho.

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  2. Soy tu colateral Andrés. Supongo que visitaste la calle Vea Murguía --fotografiada en mi blog-- donde vivió tu padre en Cádiz en 1938 cuando trabajaba como operario --con 15 añitos-- en la naval.

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  3. no hay quinto malo30 de junio de 2011, 13:13

    Con esa sobreabundancia de calles con dos nombres, entiendo que lo suyo es conseguir alguna de, al menos, tres nombres.
    ¿O es que no hay?

    Propongo que alguno de los blogs o los feisbuck de María hija comente la necesidad de ir al oculista para ver las fotos que hace su madre de la calle Calvario/Calderón de la Barca (curiosidad para avivar la búsqeuda de sinónimos: Cal-vario, Cal-derón; y luego Pu-erto, Zo-rrilla)

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  4. Muñiz Bustamante1 de julio de 2011, 13:16

    En la naval y en construcciones aeronauticas. No sabia que existiesen las albondigas de choco. Traed, cabritos

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