palma de mallorca, los hijos y la procrastinación

Las familias numerosas tienen bastantes ventajas, una es que sus miembros con el paso del tiempo tienden a instalarse en distintos puntos de la tierra y es misión de buenos padres acudir a visitarlos con el fin de asegurarse de que su instalación haya sido correcta y gocen de buena salud, con este encargo hemos tenido que viajar a Palma de Mallorca este fin de semana, todo estaba correcto.
Palma de Mallorca es una ciudad fantástica y una isla preciosa, hemos hecho excursiones a Soller, Valldemossa, al monasterio de Lluch y algún sitio más que no me acuerdo del nombre. Nos hemos reído y mantenido conversaciones transcendentales e insustanciales como corresponde.


La más sorprendente la de la procrastinación, hace sólo un mes que aprendí esta palabra, nunca antes en mi vida había oído hablar de semejante cosa, me extendí explicando su significado: tener por norma dejar las decisiones para otro momento, también dejé claro que a mi me parece un defecto cercano a la tontuna, a los visitados les dio risa y con razón. Vereis, sigo a mi yerno en twitter desde hace meses, su foto de perfil o avatar, como dice Morucha, es una cosa negra parecida a una bombilla, tiene letras pero nunca las he leído, sin más comentarios la subo para que compartais mi desconcierto. No me guarda rencor.





Tan no me guarda rencor que no tuvo inconveniente en posar como persona de mi consideracion en este cartel que refleja el enfado de un vecino por como y donde depositan otros vecinos sus basuras, quede aquí para mi colección. Si agrandáis la imagen podréis leerlo.

Nos enteramos de dos peculiaridades mallorquinas que es bueno conocer, las ensaimadas nunca se deben comprar en el aeropuerto y el verbo ir no se usa. Tu dices: ¿Pepe estas listo? y Pepe, si es mallorquín, contesta en caso de que este listo: vengo. Ni la menor idea de las causas que motivan estas dos circunstancias.
Para terminar cuelgo cartel baños del Monasterio de Lluch.