Era un congreso del pp, puede que en el año 96 en Madrid y con mucho frío, se elegía a Aznar como presidente y en su lista a Álvarez Cascos como secretario general. Había un cierto run run, se comentaba que Aznar podía no contar con Cascos para el puesto ya que este era un hombre de Fraga y aquel viajaba decididamente al centro en vísperas de una mas que posible victoria electoral. Aznar no cambio de secretario general y el discurso de Cascos fue, a mi me lo parecio, magnífico. Se me quedó grabada su referencia a la cordada de regreso, no me acuerdo si son las palabras exactas, hace ya casi quince años. Explicó que él nunca olvidaba la cordada de regreso, que en su tierra, Asturias, hay una gran afición por la montaña, que lo más importante para un buen alpinista es tener siempre preparada la cordada de regreso, dijo que siempre estaría listo para utilizarla en el momento en que perdiese la confianza que se le demostraba al nombrarlo secretario general.
No conozco los entresijos de los acontecimientos para la elección del candidato a la presidencia de Asturias por el pp. Comprendo que las decisiones de los partidos no son casi nunca de manual de la democracia, ni cuando te ponen ni cuando te quitan de las listas. Cuando acatas amablemente las que te hacen estar en la cresta de la ola te obligas a ser consecuente con las que vengan detrás.
Siento que Álvarez Cascos se vaya del pp, en ninguna organización se puede prescindir de personas capaces, inteligentes, trabajadoras y valientes.
Siento que en esta ocasión haya olvidado la cordada de regreso
No sé si será inteligente, pero hay que ser prepotente y desleal para hacerle la competencia al que has defendido tanto tiempo.
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