Supongo que todas las familias tienen anécdotas, historias y chascarrillos, la mía también. Algunas crean frases que quedan en las casas para siempre, otras se transmiten de generación en generación, algunas no se pueden ni contar.
De casas de mis padres la más sonada es la que generó la frase de "un pelo Pili"
Pero voy a lo del ascensor: en este medio viajaba uno de tantos, iba solo, sobrio, desayunado y tempranero. Sin ruido alguno anunciador, en el silencio de lo que se dice la cabina, completamente consciente de que estaba solo, oye:¿Hola?
La verdad, así al pronto el chaval se quedó parado. La voz insiste: ¿Hola?. El pasajero un poco más sereno contesta: Hola
.-La voz: ¿Está Eduardo Morales?
.-El pasajero: Señora, esto es un ascensor.
.-La voz: Ah perdone, me he equivocado.
Toda la familia le hemos reprendido por no preguntarle a la señora que hizo, que marcó, de donde sacó el número, en fin cosas que a cualquiera se le hubieses ocurrido, claro que a cualquiera no se le arranca un ascensor con esa confianza.
Uno de tantos pasa a ser el niño que habla con los ascensores y Eduardo Morales un personaje familiar entrañable.
Conozco un Eduardo Morales, pero tiene domicilio propio; o sea: no habita en un ascensor sino en un piso.
ResponderEliminarRealmente, el mundo es un pañuelo