twitter

Llega una edad en que uno piensa que determinadas cosas ya no le pueden pasar, por ejemplo caer en una adicción irrefrenable. No os confiéis, todo es posible.
Hasta hace poco yo llevaba bien lo del blog y el facebook, bastante después conocí twitter y, aunque me costó trabajo, llegue a comprender el follón de las @ y los #, luego conecté el facebook y el twitter y miel sobre hojuelas, creí que eso era todo, que tonta.
En una reunión de trabajo oí hablar de paper li, claro no iba a dejar pasar esa nueva fuente de entretenimiento y conocimiento sin investigar un poquito, ¡quien me mandaría a mi! Llevo casi una semana, me duele hasta la cabeza, he llegado a crear la cuenta de paper li y a hacer una lista de seguidores que me parece la mejor y más divertida de las maneras que he entendido que hay de estar en la cosa. Pues al final, como no soy capaz de añadirme a mi misma a la lista de marras, que si quieres arroz Catalina.
Me he trabajado lo de los enlaces pero los mios no salen, como me ha advertido un twittero desconocido y encantador, el resto de miembros de la lista ya han dejado claro que he perdido la cabeza o he sido abducida por un extraterrestre.
Me gustaría decir que me rindo y lo dejo, demostraría seguir en mi sano juicio o haber comenzado un proceso de recuperación. No puedo, seguiré hasta que lo consiga aunque mis compañeros de lista, salvo la honrosa excepción de Morucha, no estén a la altura de las circunstancias, luego vendrán las madres mías.
P.D. En todo lo que llevo leído hasta ahora aconsejan que las lista de familiares sean privadas, eso es porque os conocen y quieren evitar que me perjudiquéis.