Es muy guapa, un estilo a Soraya. Hace cosas tan sorprendentes como bordar velos de blonda o coger puntos a las medias. Cuando eramos pequeños nos encantaba que nos contase cuentos, especialmente el del castillo de irás y no volverás, a ella le divertía cambiar algún detalle de la historia para que nosotros corrigiésemos alarmados de que se hubiese podido olvidar de nuestro cuento favorito. No nos encantaba tanto el día que se quedaba encargada de cuidarnos a la hora de la comida, a mi madre le podías enternecer con lágrimas para dejarte lo que no te gustaba, a ella era absolutamente imposible, caía hasta la última cucharada incluso de las judías pintas y los filetes de hígado, que horror.
Se casó cuando yo tenía trece años, hasta entonces vivió con nosotros, seguramente por eso nos quiere como si fuésemos sus hijos.
Adiós tía, dale un beso a todos.
¿Es una despedida?...
ResponderEliminarSí. Pero nos volveremos a encontrar
ResponderEliminarMenos mal que esta entrada no me toco leerla en el trabajo...
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