miércoles, 7 de abril de 2010

tirarse al monte


Eliminamos Cantabria de la lista de zonas del mapa con palabras pendientes, me llega por conducto antirreglamentario: Arvejillas, que es como le llaman a los guisantes en Santander, no chicharros, que eso se lo dicen a los jureles, y Magano, que si sueltas esto en una pescadería te endilgan un calamar.


Tahal, provincia de Almería y su representante Isidro, consiguen colocar: Présules, también para guisantes: Perigallo, que en el diccionario viene como señor alto y delgado, pero no como escalera de mano para cambiar bombillas por lo menos los afectados por un gen relacionado con la estatura. Estrebes, soporte de hierro circular con tres patas que a modo de trípode sirve para apoyar la cazuela y cocinar en la lumbre. Solaje, lo que queda en la fuente después de servirse todo el mundo, o sea listo para rebañar el plato. Sintiéndolo mucho, industriar viene en el diccionario como advierte Morucha y frenecel, ca' y jeh, aún siendo magníficas, son pronunciaciones propias de la tierra de palabras existentes.
Todo eso en principio.

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